Capítulo 1: ¿Sabéis que es volar? Yo no.

Yo nunca he volado. Ni he volado, ni creo que vuele. Pero creo que conozco la sensación. Esa sensación de no tocar el suelo, ni con las puntitas de los pies. Qué miedo ¿eh?.

Hace mucho tiempo que quiero escribir lo que me paso hace unos 3-4 meses, pero no he podido hasta ahora. Hace una semana me regalaron un álbum con fotos de mi Erasmus. 5 meses recogidos en 30 hojas de papel, que absurdo.

Para mí los imperdibles, son eso, imperdibles, Hace justo un año, empecé a comerle la oreja a uno de mis imperdibles “tía, va, vamonos de Erasmus” “si nos vamos las dos, da menos miedo”… Entre lo pesada qué soy y lo encantadora que es su madre, mi imperdible aceptó.

Hace un año estaba mandando un mensaje a mi grupo de familia: “Family que me voy a Suecia”.

El 24 de Agosto aterrizaba en Suecia. Y mientras cogía una maleta más grande que yo e intentaba seguir el ritmo de un chaval de piernas kilométricas me preguntaba ¿qué cojones hago yo aquí?

Tres semanas después tenía un imperdible viviendo conmigo, una maleta de mano preparada para viajes; una botella de vino siempre en la recámara; una famiglia en construcción, y una cubana muy pesada.

He encajado. No sé cuándo, ni cómo, ni porqué, pero lo he hecho. Eso fue lo que pensé el día que cortaba berenjenas en láminas más o menos finas. Soy esa persona que se emociona viendo el anuncio de los seguros ocaso, esa persona que le hace ilusión que le regalen una piedra con forma, o esa persona que sonríe cuando, en la serie que esta viendo, sus actores favoritos lo hacen.

Como decía, me encontraba cortando berenjenas mientras sonaba “start of something new” de High School Musical en el Spoty. Esa noche estábamos unos 18 para cenar. Para que os hagáis una idea, en ese cuarto (por cierto, magnifico cuarto) no caben más de 3 pelotas de pilates. No se cómo pero acabamos con 2 maderos de obra; dos mesas (de Ikea, cómo no), y sillas de las cuales, dos se perdieron y una se rompió.

A pesar de que 3 o 4 no tuvieron mesa y unos 5 compartíamos vaso y tenedor, fue la lasaña más rica que me he comido en mucho tiempo.

Yo me acuerdo de momentos, que puede, no sean relevantes en el transcurso de una historia, pero para mí, sí lo son. Una de mis personas favoritas me estaba grabando un vídeo, mientras comentaba “aquí esta Maripuri (sí, tengo 22 años, aunque para la gente que me rodea tengo unos 150)” concetradisima cortando berenjena” entonces yo sonreía y decía “jope, soy muy feliz”.

Soy como un botijo de, aproximadamente, metro y medio sin embargo, he vuelto gigante (por supuesto, no literalmente) Me he quedado con una pequeña parte de todos los que me han acompañado durante lo que ha sido, a mi parecer, una vida.

Hay muchas cosas que quiero compartir, muchos viajes, experiencias y conversaciones que me han hecho un poco más feliz y un poco más yo. Ese lugar tan verde y esa gente tan de verdad me ha hecho más yo que nunca.