Capítulo 7: quiero regalarte algo.
- marina puri navarro
- 6 may 2020
- 1 Min. de lectura
Ayer pensé en ti.
Cada vez que me preguntaban cómo sería mi vida cuando fuese mayor, siempre estabas en mis planes. Me aterraba la idea de verte solo. Necesitaba tener la seguridad de que estarías siempre conmigo. No sé si por miedo a que te perdieras tú, o si por miedo a perderte a ti.
Contigo me he reído mucho. Me he reído cuando he tenido que ir a comprar contigo putos profiteroles. Me he reído viendo cómo te lavas los dientes. Me he reído cuando me has hecho esas cosquillas de costillas. Me he reído cuando me has contado historias. Me he reído de tu risa. Me he reído de tus bailes. Me he reído contigo.
No quiero olvidarme, nunca, de tu camiseta de tirantes de un amarillo sospechoso. Ni de tu obsesión por el picante. No quiero olvidarme de tus bocatas para desayunar tamaño barra de pan. De tu letra, cuadriculada, limpia y precisa. No quiero olvidarme de tus pies blancos y chanclas en verano.
Quiero seguir comiendo de tu flan de café. Quiero seguir teniendo botes de desodorante putrefacto. Quiero verte comer paté del cuchillo. Seguir poniéndome tus sudaderas y probarme tus gafas de sol de ciego. Quiero que me sigas diciendo que los cuadros de mi cuarto están torcidos. Que me llames perri y jari. Quiero seguir viéndote llegar.
No sé si algún día podré devolverte la mitad de lo que tú me has regalado, pero, por favor, acuérdate de qué en mi coche de siete plazas, tienes una reservada.
Yo amo a esta joven, una vez recompuesto, qué más puedo decir...